No estoy acostumbrado a semejantes lances. Tras media vida de "violencia" practicando el noble rugby, el innoble futbol y el ancestral karate, en la que nunca he tenido nada superior a un cruce de palabras con nadie; cosas de tener dos dedos de frente y un carácter abierto y tranquilo; resulta que en el día menos pensado un loco (¿Por qué a todos los locos les da por lo mismo?) va y me agrede.
Tarde confusa, barullo en la oficina, papeles que vuelan, gente que entra y sale con rapidez... y aparece un individuo reclamando lo inreclamable y exigiendo lo que no puede ser, que como no puede ser, no es. Tras la retahila de juramentos y maldiciones que impertérrito soporto, el enajenado golpea la mesa a intentar partirla en dos, como no logra su misión agarra un fechador XXL y lo revienta contra una pared 4 metros atrás, dejándolo hecho un cristo. Ante esta última acción procedo a incorporarme de la silla y con el teléfono en una mano y el dedo en la otra le indico donde tiene la puerta mientras procedo a llamar a la policía. Llamada que no llego a efectuar, pues el animalito me sorprende enganchandome de la solapa hacia el, por lo que caigo de bruces y al incorporarme una magnifica patada frontal entre pecho y garganta me lanza metros atrás dejándome groggy.
Luego en medio de mi medio sueño de nervios y auturdimiento palabras de "perdón" y "estoy nervioso" mientras la policía municipal tomaba declaraciones y se bajaba los pantalones/compadreaba con el otro pobrecito estresado agresor, que es policía nacional.
A Dios gracias la Guardia Civil apareció para finalizar el incidente correctamente, pues la pareja de municipales estaban dando fe de una "discusión" sin más, aunque todo eso me lo han contado, pues de esa parte no fui consciente por estar en el Hospital... donde para unas radiografias y un, "parece que no tienes nada tira para casa, me han tenido cuatro horas y media..." pero esa es otra historia. Y mañana amanece enseguida.
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