domingo, 25 de diciembre de 2011

lunes, 12 de diciembre de 2011

Depende

El trabajo descuida a uno un poco y cuando se da cuenta resulta que lleva sin escribir una temporada que siendo corta se me antoja demasiado larga, sobre todo cuando hay tanto tema de que tratar.

Aunque es un descuido venial y muy poco importante, sobre todo si lo comparamos con lo que nos espera...

Y es que tras la esperada y lógica victoria electoral de Mariano, al que algunos llaman "El breve" por lo que piensan va a durar y yo no sabría si apodar "El soso" o "El melifluo", por la poca sensación de firmeza que me produce (ojalá nos equivoquemos todos). Aquí parece que no pase nada.

Es muy cierto que la gravedad circunstancias me hacen ser impaciente y no menos cierto que Mariano aún no ha sido ni investido, pero si los sindicatos ya han advertido que van a convocar huelgas por las medidas del nuevo gobierno (poseen información privilegiadísima sin duda, porque precisamente decir no se ha dicho nada) No estaría mal que Marianillo diera un puñetazo sobre la mesa y mostrará las líneas maestras de su plan... porque claro, tiene que  tener un plan determinado y concreto para salir de donde estamos (vuelvo a suponer). Plan que sin duda alguna tiene que pasar por recortar el gasto público y ojala por recortar competencias a las autonomías (pienso, espero...) porque como piense en que puede aumentar los ingresos... Muy mal vamos.

En España estamos acostumbrados a estar más pendientes de la novedad que de la realidad, y así nos va. Las propias elecciones podemos enmarcarlas dentro de la misma rutina. La noticia que deja de ser noticia, no porque deje de tener importancia, sino porque como en el mar, una ola sigue a otra ola y antecede a la siguiente, de modo tal que nunca nos quedamos con de una en concreto, porque nos perdemos mirando al mar mientras una ola sucede a otra. Esto mirando al mar es lógico, pero si lo trasladamos a la cruda realidad y pensamos con la cabeza, resulta muy estúpido. Pero es lo que nos pasa. Atravesamos una campaña electoral que es momentánea, una situación gravísima de endeudamiento nacional, de puntillas una negociación política con terroristas bastante poco encubierta, de telón de fondo cinco millones de parados, en una nación donde todos quieren ser funcionarios (en parte por las terribles trabas que tiene aquel que desee emprender), todo aderezado con un evidente tráfico de influencias en la familia real, las desvergüenzas televisivas habituales, las insultantes prebendas políticas de los salientes, indultos gubernamentales espurios y escandalosos, un derbi futbolístico...
Dibujar un cuadro con todos los colores, excluyendo los poco importantes resulta complicado, porque el azul tapa al verde, que oculta el blanco que esconde el amarillo... Pero los que sufren en sus carnes una de esas vicisitudes en concreto, como es lógico, no lo puede olvidar.

Tenemos un cuadro en el que el punto de inflexión, esperemos para bien, han sido unas elecciones; cuya única diferencia palpable por ahora ha sido ver como las investigaciones del 11M parece han dado unos pasos adelante que antaño se antojaban imposibles.

Lo demás continúa igual. El futbol nos seda de problemas unos días, al igual que la retirada de publicidad de programas de la reputación de "La Noria" o ver como un gobierno saliente en el colmo de las desvergüenzas reparte botines (nunca mejor dicho) y subvenciones de última hora danzando el baile del despilfarro que tanto dominan o sino tenemos el temita tan de moda de Urdangarín, que "noos" entretiene y sirve de carnaza mientras recalco una vez más que...

Los que están parados continúan estándolo y sin visos de arreglar su situación a corto plazo.
Los terroristas ahora están atrincherados en instituciones públicas.
La deuda española continua en la UVI, y esto condicionará gravemente nuestro futuro.

Y Mariano realmente ¿Qué opina de todo esto? ¿Qué tiene pensado hacer?.

Ese es el problema, pues... depende...